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Si disminuyó tu visión durante el embarazo ¡Tranquila! Es normal y esta es la explicación

Publicado 11 Jul 2019 – 05:50 PM EDT | Actualizado 11 Jul 2019 – 05:50 PM EDT
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Cada cuerpo es diferente, y cuando se trata de embarazos esta premisa se hace más obvia: algunas mujeres sienten fuertes náuseas desde el primer trimestre, mientras que otras se enteran de su futuro bebé hasta que comienzan a ganar peso.

En síntomas generales, la mayoría de las futuras madres perciben alteraciones en la vista. Muchas se preocupan cuando comienzan a ver borroso o con menos nitidez, al grado de temer perder la visión permanentemente.

Aún en la actualidad, abundan mitos sobre la supuesta "ceguera gestacional", presuntamente "causada por las hormonas". Los especialistas de la Academia Americana de Oftalmología (AOO) atienden con frecuencia mitos relacionados a ella.

En numerosas publicaciones, la AOO explica que NO existe tal cosa como "ceguera gestacional", y que si bien puedes notar tu vista más borrosa o escasa cuando estás embarazada, esto no significa que tus nervios oculares estén dañados:

«Lo que ocasiona pérdida de capacidad visual en la gestación, se relaciona más a otros factores: deficiencias en la alimentación, falta de sueño, dependencia de monitores digitales, edad (en embarazos posteriores a los 35 años) y poca absorción de nutrientes».

Ni el embarazo ni la lactancia por sí solos influyen en trastornos congénitos como la miopía, no obstante, la AOO recalca lo que sí se puede esperar que suceda con los ojos cuando la gestación comienza:

  • Resequedad: la córnea puede estar mucho más sensible a agentes externos por la retención de líquidos, pero unas gotas farmacéuticas para lubricar resolverán el problema.
  • Visión borrosa ocasional: la deficiencia de hierro se manifiesta con esta señal y puede confundirse con miopía o astigmatismo, según su gravedad.
  • Variaciones en la presión intraocular (PIO): la PIO se refiere al recorrido de los líquidos intraoculares contra la pared del ojo, la cual es necesaria para que éste se mantenga distendido. Podría haber un poco más de presión y contribuir a la irritación u otras molestias. Se requiere de especial cuidado cuando la paciente tiene trastornos oculares previos o enfermedades crónicas (diabetes, problemas cardiovasculares, etc.).

Un chequeo continuo de la PIO durante el embarazo y la lactancia temprana es muy recomendable, casi tan indispensable como las revisiones mensuales del ginecólogo.

Los expertos recomiendan revisiones oculares especiales para mujeres embarazadas que han padecido toxoplasmosis, cualquier tipo de hepatitis y uveítis (inflamación de la capa media del ojo que afecta toda su estructura).

Dichas enfermedades suelen dejar secuelas que pueden volver a desencadenarse en esta etapa, por lo que se requerirá de más de un chequeo al mes si es el caso.

Para que la visión no empeore o perjudique al bebé durante el embarazo, lo mejor es evitar el uso de gotas caseras (las farmacéuticas deben ser consultadas con un especialista). La opinión de un experto nunca debe ser subestimada cuando se habla de futuras madres y bebés.

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